¡En verano, Survival: Cuarta Parte!

Después de la publicación de Cómo corregir un libro, en verano ¡estará disponible Survival: Cuarta Parte!, la continuación de la serie que ¡sigue siendo bestseller en Amazon España tras once meses desde su lanzamiento en ciencia-ficción postapocalíptica! De momento, ¡un avance!


Se habían preparado para el fin, pero no para lo inesperado.


1
Preppers


«El Incidente» había cogido desprevenidos a todos. Pero algunos, aunque fuera por otros motivos, llevaban décadas preparándose para el fin. Preppers los llamaban, muchos de ellos multimillonarios que habían invertido gran parte de sus fortunas en la construcción de búnkeres en zonas alejadas, la mayoría en Nueva Zelanda, por su proximidad aérea con Estados Unidos además de por su exiguo valor geoestratégico y escasez de materias primas.
Nadie tendría interés en una zona de esas características tras una catástrofe.
Eso era lo que buscaban, un lugar tranquilo donde refugiarse hasta que el peligro pasara, ya fuera el estallido de una guerra, el impacto de un meteorito, el colapso de la sociedad, una grave crisis económica irrecuperable, una pandemia o, lo que era seguro, cuestión de pocos años, la completa alteración de la atmósfera por el cambio climático, convirtiendo en inhabitable la superficie del planeta. Para esto último ya se había agotado el tiempo; los gobiernos no habían adoptado las medidas necesarias para frenarlo. Era inevitable, y los preppers lo sabían.
Aunque, con dinero, se podía comprar la supervivencia. No obstante, las elevadas sumas económicas requeridas solo estaban al alcance de unos pocos, así que lo sensato era mantenerlo oculto salvo entre las altas esferas, los únicos que tendrían alguna posibilidad. Desinformar, en consecuencia, a la población general no solo era prudente y necesario, sino también un acto de misericordia al evitarles, de ese modo, frustración y agonía. Esa era la justificación ética.
No se puede salvar a los que ya están muertos...
Pero entonces llegó lo inesperado, algo que parecía no hacer distinción entre clases sociales, y lo había hecho sin previo aviso: «El Incidente».
Por eso, los planes de evacuación que había ideado Riley Ward, principal accionista de una de las empresas más importantes de Sillicon Valley, se habían truncado, incluso su ubicación había sido desafortunada. Si hubiera estado en su despacho o en su residencia, llegar al aeropuerto hubiera resultado factible, según lo previsto; pero estaba en una reunión de negocios en Mill Valley cuando ocurrió el desastre y eso lo había complicado todo.
Haber sobrevivido ya no lo reconfortaba: el temor a la muerte se iba apoderando de él, como una sensación de ahogo incontenible. Debía embarcar en su jet privado cuanto antes. En esta situación, una pequeña demora puede ser fatal, y con los puentes Golden Gate y Richmond-San Rafael destruidos, sin encontrar modo de cruzar la bahía, se había visto obligado a dar muchas vueltas, demasiadas. Quienes lo esperaban, no sabía por cuánto tiempo más lo harían.
Pensó que, con todos los recursos que había invertido, los preparativos exhaustivos que había hecho, era injusto no encontrar el camino hacia la salvación.
Suspiró con nerviosismo, irrefrenable. Ninguna acción humana podría haber provocado «El Incidente» o, de lo contrario, él lo hubiera sabido con antelación: tener acceso a información privilegiada formaba parte de los costes que siempre pagaba.
Pero nada de todo aquello había sido suficiente y el tiempo se agotaba... (Continúa en Survival).