El escritor coruñés cuenta en su haber con un buen número de novelas, cuentos y libros infantiles, algunos de ellos comercializados en Francia y Latinoamérica además de España. Recientemente ha presentado en la librería Pedreira de Santiago una nueva colección de cuentos ilustrados, Los bosques perdidos. Miguel Ángel Villar nos adentra en una Edad Media fantástica donde el bosque se convierte en el lazo de unión entre los cuentos de la colección, pero también interviene como un elemento activo. Así lo explica el autor: «Es un contexto clásico para situar los cuentos, dado que los bosques simbolizan la vida, lo inexplorado, la aventura y el descubrimiento, pero también el riesgo, el peligro e incluso la muerte.»
Los Bosques perdidos reúne once cuentos de los cuarenta que lleva escritos. ¿De dónde surge la inspiración?
Creo que en gran medida, de mi infancia. Recuerdo que mi madre me leía cuentos, los clásicos, pero un día se terminaron y en mí quedó un pequeño vacío porque deseaba que hubiera más. Ahora intento llenarlo escribiendo los cuentos que me hubiera gustado haber tenido entonces.
Sin embargo, sus cuentos no se ciñen exclusivamente a un público infantil...
Los cuentos contienen una fuerte carga sugerente, no en vano, aunque pertenecen a la narrativa, mantienen parte de la intensidad y concisión de la poesía. Pienso que un buen cuento actúa como una puerta mágica hacia el inconsciente, capaz de despertar emociones y sensaciones de lo más diversas.
¿Y de qué elementos se vale para lograrlo?
Diría que las dos claves fundamentales son la sencillez y la sutileza. Siempre busco un equilibrio entre las propias aventuras que narran los cuentos y las reflexiones de fondo que, como una suave brisa, las acompañan.
¿Qué va a encontrar el lector en esta colección?
Ante todo, diversidad. Historias misteriosas, aventuras fantásticas, grutas, castillos, islas, caminos y senderos encantados... Y ya a otro nivel, la experiencia y el aprendizaje como grandes maestros de la vida, el triunfo del esfuerzo y la persistencia, la importancia de mantener vivos los sueños...
